Como cada año, hoy volvemos a enfrentarnos al famoso Blackfriday, un día que destaca por su campaña comercial exageradamente agresiva y que promueve el consumo desmedido e innecesario. En su mayoría, solo beneficia a las grandes compañías que pueden manejar amplios márgenes de beneficio en sus productos y mantener tanto horarios ininterrumpidos como salarios ajustados entre sus trabajadores y la mano de obra. No siendo suficiente una sola jornada, cada vez es más habitual encontrar negocios que destinan una semana entera a los descuentos de Blackfriday o, en los casos más extremos, incluso todo el mes.
El carácter temporal de las ofertas y de los descuentos que publicitan las grandes compañías ejerce una presión irracional sobre el comprador (“solo esta semana” o “hasta fin de existencias”) y genera una falsa sensación de urgencia y de necesidad que se acaba materializando en la compra compulsiva e irreflexiva de productos “de ocasión”. Nadie se cuestiona el origen de las rebajas ni tampoco su autenticidad, hecho que desvirtúa la percepción del valor de los artículos ya que precios vergonzosamente baratos no reflejan ni el tiempo, ni la dedicación ni los recursos empleados en su proceso de elaboración.
Además de las graves consecuencias que implica esta fecha para los pequeños y medianos comercios, es importante ser conscientes del tremendo impacto social que esconden las ofertas y también de la huella medioambiental que tiene para nuestro planeta:
- Contaminación atmosférica
Se incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero (causantes del cambio climático) debido a la sobreproducción y, sobre todo, al aumento de compras online que se traducen en un mayor desplazamiento de vehículos de reparto para hacer posible el transporte en “entrega rápida” de las mercancías. A su vez, el 33% de las transacciones realizadas se convertirán en solicitudes de devolución, promoviendo nuevamente el movimiento de vehículos de recogida.
- Generación de residuos
Los embalajes de los productos comprados durante esta semana generan una gran suma de residuos, de los cuales la gran mayoría ni siquiera se reciclarán de forma correcta. Además, en muchas ocasiones, tras la adquisición de un artículo nuevo nos desharemos del que ya teníamos anteriormente, colaborando así en la producción de más residuos, habitualmente de tipo electrónico.
- Hiperconsumo de energía y desperdicio de recursos naturales y de materias primas
El incremento productivo a nivel mundial provoca que el consumo de energía durante estas fechas sea muy elevado y obliga a hacer uso desmedido de recursos naturales y de materias primas para la elaboración de productos que raramente son de primera necesidad.
- La superproducción a bajos precios se deslocaliza a países con mano de obra barata
En muchas ocasiones no se cumplen los mínimos legales de producción generando subproductos contaminantes o tóxicos. Tampoco se cumplen unas condiciones laborales dignas y los derechos de muchos trabajadores se ven públicamente vulnerados. Se recurre a la reducción de los costes de elaboración y a la explotación de la mano de obra hasta llegar a límites salariales vergonzosos y abusivos.
- Pequeños comercios afectados por márgenes muy agresivos
Los pequeños y medianos comercios no pueden asumir las mismas ofertas que los grandes oligopolios ni tampoco llegar a beneficiarse de las economías de escala. Este modelo de compra desajusta y sacude sus posibilidades de subsistencia, por ese motivo, algunos toman la decisión de sumarse a esta campaña e intentar ser competitivos asumiendo que les acabará conduciendo a una pérdida en sus márgenes económicos.
- Fomenta el consumo compulsivo, irracional y disparatado
Sin embargo, cada vez más personas y colectivos sociales rechazan este modelo estratégico de compra y se suman a contracampañas que promueven un consumo menos malgastador. Este boicot no ha pasado desapercibido para las grandes empresas que viendo peligrar sus ventas, muchas han realizado pequeños cambios para lavar su imagen mediante el uso de falsos productos sostenibles, acción conocida como “greenwashing” o lavado verde. Podríamos reflexionar sobre las marcas textiles que lanzan colecciones “sostenibles” o “conscientes” que han sido elaboradas en países en situación de desigualdad donde se aprovechan de la desesperación de las personas sin recursos y no se cuestiona su precariedad laboral ni sus derechos.
Desde AKUMAL tenemos clara nuestra posición y hacemos pública nuestra política de empresa y la de nuestros proveedores. No participamos ni participaremos en el Blackfriday ya que no compartimos el propósito de este día.
Por esta razón, y en línea con nuestra filosofía y nuestros principios, hemos realizado una colaboración con BOSQUES SOSTENIBLES en un Proyecto de Restauración de superficies incendiadas en la Reserva Valle Iruelas de la Sierra de Gredos (Ávila). El objetivo principal es colaborar como empresa en la plantación de árboles y aportar nuestro granito de arena ante el efecto devastador que provocaremos globalmente durante estas fechas.
Gracias al trabajo de BOSQUES SOSTENIBLES se promueve el desarrollo rural y la participación social, creando empleo local en sus diferentes proyectos, aumentando la biodiversidad y frenando procesos erosivos en los suelos, entre otros beneficios.
Si has llegado hasta aquí en tu lectura, te recomendamos ver este cortito video sobre la situación real de los bosques.
Ha llegado el momento de reflexionar sobre nuestro modelo de consumo y cuestionar el discurso y la necesidad que se esconde detrás de él. Disfrutemos de compras sostenibles, tanto a nivel económico como medioambiental y social.
Puedes leer aquí el blog de Akumal una de las empresas comprometidas que participan en nuestros proyectos de reforestación.