El riesgo de incendio forestal en Catalunya se ha disparado en las últimas semanas debido a la escasez de lluvias y un calor plenamente estival, pero la situación aún no es de peligro extremo porque los bosques, o al menos buena parte de los bosques, mantienen reservas del lluvioso invierno. "Aunque nunca podemos bajar la guardia, el nivel de humedad es aún bastante aceptable", resume Montserrat Barniol, directoral general de Ecosistemes Forestals i Gestió del Medi, del Departament d'Agricultura de la Generalitat.
"Debemos de estar vigilantes -prosigue Barniol- porque entramos en la peor época del año con un notable estrés hídrico". De hecho, los mapas que elabora diariamente el Departament d'Agricultura muestran que la situación es de "peligro alto" en diversas comarcas de la Catalunya central, el sur de Tarragona y el Baix Empordà.
"Los incendios son inherentes a nuestro clima y es muy posible que el riesgo de incendios aumente en los próximos años debido al cambio climático, por lo que la mejor arma de gestión es la prevención, incluyendo la educación ambiental", insiste Barniol y destaca “el desbroce de arcenes en caminos y de perímetros protectores en urbanizaciones y núcleos de población "para rebajar la masa combustible". Según datos del año pasado, el cuerpo de Agentes Rurales realizó 24.500 actuaciones.
Fuente El Periódico @ToniMadridejos