Cambios en el paisaje y transformación forestal: su relación con los incendios forestales

Cambios en el paisaje y transformación forestal: su relación con los incendios forestales

Proteger los bosques es una prioridad ante los cambios que se están produciendo en el medio ambiente. La despoblación de zonas rurales y sus efectos sobre la gestión del territorio lleva consigo, entre otras consecuencias, la pérdida de biodiversidad y la acumulación de combustible, resultando en una mayor vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático. También de los incendios forestales. Es el momento de realizar una reflexión sobre la situación actual y tratar de revertirla. Te invitamos a hacerla con nosotros.


Deterioro de los bosques de España y Europa

El planeta vive una situación extrema y el contexto de pandemia no ayuda.
A pesar de que el parón económico provocado por la pandemia dio al planeta un respiro con una bajada histórica de las emisiones de CO2, en el 3er trimestre de 2021 ya se han recuperado los niveles de emisiones GEI previos a esta. En este artículo sobre Grandes Incendios de nuestro blog comentamos anteriormente como la pandemia mundial generada por la COVID-19 obligó a centrar los esfuerzos de infinidad de países en parar su expansión, frenando los de la lucha contra el cambio climático. Esta ha pasado a un segundo plano tanto en la agenda internacional como en los medios de comunicación, que dedican sus titulares a la escalada de casos de coronavirus, los avances en la búsqueda de una vacuna y la reactivación económica. Solo los grandes incendios forestales que se suceden en todos los continentes, siguen devolviendo a la actualidad informativa, que el planeta vive una situación extrema.

Despoblación rural y su relación con la gestión de bosques

Aunque el confinamiento social provocado por la COVID durante 2020 nos ha hecho mirar al mundo rural y ansiar sus espacios abiertos, en gran medida no ha cambiado la tendencia general de despoblación (dicen los expertos). Como sabes, desde mediados del siglo pasado las localidades rurales han sufrido el azote del éxodo de quienes eligen trasladarse a las grandes urbes en busca de oportunidades laborales.

Durante este siglo, solo una década, este hecho ha supuesto la desaparición de 25 municipios españoles. Su marcha provoca una pérdida de aquellos que se ocupaban de dinamizar montes y tierras de cultivo. Como consecuencia directa, estamos perdiendo los conocimientos ligados a prácticas agroecológicas locales y los modos de vida sostenibles que nos ayudan a minimizar la huella del ser humano en el planeta y evitan el agotamiento de los recursos naturales. Así se recoge en el informe de Greenpeace Los problemas de la España vaciada. En el documento se refleja cómo, a pesar del aumento de la masa forestal experimentado en los últimos 30 años, esta puede considerarse un polvorín ante la falta de cuidados que recibe.

La historia se repite en muchos países de Europa que siguen la misma estela. El deterioro de los espacios naturales es más que evidente y sus consecuencias pueden acabar por pasar factura.

Despoblación, ¿Cambiará esta tendencia?

En un artículo de Nius Diario sobre la tendencia de miles de personas de abandonar las ciudades para irse a vivir al campo, Alipio García del Grupo de Investigación Mundo Rural de la Universidad de Valladolid “No nos estamos planteando cambiar de vida”… ”Con la nueva normalidad, la mayoría prefiere seguir siendo urbanita”. Pero el abandono real de las ciudades es un fenómeno más que probable, y en algún momento “Asistiremos a un trasvase masivo de población a las zonas rurales, un éxodo desordenado, indeseable y trágico”, advierte García. “Nos avisaron hace ya 40 años y no hemos hecho nada para cambiar el rumbo”, añade.

Sin un plan de gestión de bosques

La ausencia de un instrumento de ordenación forestal y de medidas de conservación en España representa un problema. Y este problema crece al mismo ritmo que se dejan de trabajar extensiones de terreno que en otro tiempo fueron escenario de atención constante.

Seguro que has oído hablar en infinidad de ocasiones de la llamada España vaciada. Al abandono de las tierras de cultivo, se suma el hecho de que el 81,52% de la superficie forestal existente en nuestro país carece de un plan de gestión de bosques. Su vulnerabilidad ante posibles incendios queda, de este modo, de manifiesto. Ya no hay una discontinuidad entre distintas áreas que impida el avance del fuego.

Desgraciadamente, este fácilmente puede llegar a producirse como consecuencia de la acción deliberada del hombre, negligencias o causas naturales… La maleza acumulada sin control corre el peligro de avivar las llamas y descontrolarlas. No hay más que ver los últimos mega incendios que han tenido lugar en Málaga y Ávila que se han producido durante el verano de 2021. El primero de ellos ha arrasado cerca de 10 000 hectáreas y ha necesitado de un mes y medio para su extinción. El segundo, por su parte, acabó en apenas una semana con casi 22 000 hectáreas calcinadas.


¿Esto solo ocurre en España? Estrategia forestal de la UE: resultados positivos, pero limitados.

Según el último informe especial 21/2021 del Tribunal de Cuentas Europeo sobre el balance de la Estrategia Forestal de la UE para 2014-2020 señala que la Comisión Europea podría haber tomado medidas más contundentes para proteger los bosques en los que es competente para actuar. En el informe y sus correspondientes comunicados, se señala que “Aunque la cubierta forestal ha aumentado en los últimos 30 años, la condición de los bosques está deteriorándose. Las prácticas de gestión sostenible son clave para mantener la biodiversidad y abordar el cambio climático en este medio”.

La solución: dinamizar el medio rural

Ante el panorama descrito, los expertos de Greenpeace apuntan como solución para acabar con las amenazas que se ciernen sobre el medio rural apostar por su dinamización. Reforestación y biodiversidad son dos de las claves. No hay que olvidar, en este sentido, cómo la Comisión Europea ha aprobado los niveles de referencia forestal de cada uno de los estados miembros, así como la estrategia de descarbonización trazada a largo plazo. Puedes leer todos los detalles en el blog del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes.

Además de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en las ciudades y en las empresas, hay que conseguir que el medio rural vuelva a ser un espacio vivo, en el que se desarrollen actividades agrícolas y se frene el avance sin control de la maleza. Este también es un modo de luchar contra el cambio climático y evitar así que los incendios tengan consecuencias tan graves como las que acabas de conocer.

Ha llegado el momento de emprender acciones para proteger los bosques. ¿Nos ayudas a difundir este mensaje?

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