Durante los meses de primavera y verano, la flora y la fauna convierten los bosques en enclaves llenos de vida. No hay más que visitarlos para disfrutar de infinidad de especies que comparten este escenario. Sin embargo, la llegada del frío y de los temporales lo cambia todo.
Es el momento ideal para mostrarte algunos aspectos sobre cómo es la vida invernal de un bosque en España. Descubre qué ocurre con los moradores y el suelo de estos espacios. ¿Qué sucede con la absorción del CO2 si, a la bajada de los termómetros se suma la nieve? ¿Es esta beneficiosa? ¿Por qué a diferencia de los bosques, en lugares como Madrid la borrasca ha afectado gravemente al arbolado?, Porqué no ocurre lo mismo en otros puntos? A continuación despejamos todas tus dudas.
Situación de nuestro proyecto en la Sierra de Gredos
Árboles dañados por la nieve
El invierno transforma el paisaje de los bosques. A la caída de las hojas le sigue la marcha de distintas especies, fundamentalmente aves, que migran en busca de lugares más cálidos. Y, cuando la nieve hace su aparición, la vida ya de por sí modesta en estos espacios naturales, parece borrarse casi por completo, sin embargo, se inician procesos esenciales en los ecosistemas forestales.
Arbolado dañado en un barrio de Madrid
En ocasiones las nevadas hacen historia por su intensidad, como ha ocurrido con la borrasca Filomena que, solo en el eje viarios de Madrid ha afectado a más de 150.000 árboles, la cifra aumenta hasta casi 600.000 si se tienen en cuenta parques históricos como el Retiro y la Casa de Campo; un número que no deja de impactar. Pero la causa no solo reside en la virulencia del temporal, sino que los expertos apuntan a un mal estado del arbolado urbano como factor determinante para que, en general, se haya visto tan dañado. La falta de espacio para su crecimiento, así como la de los necesarios cuidados, parecen estar entre las razones que han llevado a la pérdida de tantos ejemplares. A pesar de este episodio, se comprueba como el cambio climático está provocando que la nieve llegue cada vez más tarde y se deshaga más pronto, provocando daños tanto al suelo como a la vegetación, llegando a ocasionar la muerte del sistema radical (conjunto de raíces de una misma planta), los nutrientes desaparecen y estos ecosistemas se ven afectados.
Al problema de los árboles dañados por la nieve hay que sumar el hecho de que la disminución de las nevadas conduce a una reducción de la absorción de CO2 por parte de estos. Esas son las conclusiones a las que han llegado los expertos que han investigado esta problemática para la publicación Global Change Biology.
La gestión forestal en invierno, clave
La gestión forestal en invierno no solo es necesaria, sino fundamental para adaptarse al cambio climático y evitar otros problemas durante el resto del año, como los incendios. Resulta imprescindible invertir en servicios medioambientales de calidad, en el cuidado de los ecosistemas forestales y en un desarrollo rural sostenible.
En esta apuesta por la conservación de los bosques es donde se enmarca la labor de Bosques Sostenibles. Nos centramos en la reforestación de espacios que han sido pasto de las llamas, compensando la huella de carbono de empresas y otras entidades pertenecientes a los más diversos sectores. Es un modo de conseguir que la vida vuelva a abrirse paso allí donde dejó de existir, y a la vez alcanzar las metas fijadas en materia de descarbonización.
Trabajos de desbroce y retirada de madera en nuestro proyecto del Valle de Iruelas
Los trabajos de reforestación, así como los de mantenimiento, se concentran en el invierno, adaptándonos a las condiciones climáticas derivadas del frío o la nieve, las cuales pueden retrasar labores como la preparación del terreno pero que garantizan la disponibilidad de agua para los futuros árboles. Es momento de otros trabajos como los desbroces, la reparación de medios de protección o los propios del seguimiento de los proyectos; antes de reanudar los trabajos de plantación y contribuir a devolver la vida a lugares que en otro tiempo fueron verdes.