A la hora de cuidar el medioambiente y promover la economía social, los océanos juegan un papel fundamental. Por ello, en este artículo te vamos a explicar el por qué de su importancia y su influencia en un contexto de cambio climático.
El papel clave de los océanos
Los océanos son uno de los grandes disipadores de calor del planeta y se estima que absorben hasta el 90 % del calor extra provocado por la acción humana. Esta característica, junto con su capacidad de fijación de carbono, que llega hasta el 23 % de las emisiones globales de CO₂, les confieren un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Además de su efecto regulador, los ecosistemas marinos generan más de la mitad del oxígeno que respiramos, albergan gran parte de la biodiversidad del planeta, son soporte de innumerables actividades humanas, y por lo tanto generadores de empleo, fuente de energías renovables, alimentación y un elemento de protección esencial para nuestras costas.

Nuestras actividades les afectan de forma directa, siendo el principal agente causante del aumento de la temperatura, el incremento de la acidez del agua o la subida del nivel del mar, con consecuencias drásticas sobre el hábitat de multitud de especies marinas y procesos esenciales para la vida.
Por este motivo, la necesidad de contar con empresas sostenibles que se involucren a través de las soluciones basadas en la naturaleza es capital para los océanos.
Océanos y soluciones basadas en la naturaleza
Las soluciones basadas en la naturaleza son acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar los ecosistemas que abordan los desafíos de la sociedad de manera efectiva y adaptativa, beneficiando simultáneamente a las personas y la naturaleza. Por lo tanto, estas acciones son una herramienta realmente útil para regenerar el planeta y tener un impacto positivo en la sociedad, pues ayudan a ahorrar costes o fomentan el empleo local entre otros.

Un ejemplo ilustrativo de este tipo de acciones con impacto social y medioambiental son los proyectos promovidos por las empresas alrededor de la conservación de los bosques, como la creación de sumideros forestales carbono u otras iniciativas relacionadas. Sin embargo, otros elementos de suma importancia global, cómo los océanos, pueden beneficiarse del potencial de las soluciones basadas en la naturaleza, no sólo como alternativa para compensar emisiones de CO₂, sino también para dar solución a necesidades de restauración y abordar problemas actuales relacionados con el cambio climático, tal y como se apuesto de manifiesto en el Día Mundial de los Océanos, que tuvo lugar el pasado 8 de junio.

El carbono azul: un gran aliado
El carbono azul es el carbono que se almacena naturalmente en los ecosistemas marinos y costeros, principalmente en los manglares, praderas marinas y marismas. Estos sumideros son extremadamente longevos, eficientes y eficaces, por lo que no es de extrañar que sean objeto prioritario de las soluciones basadas en la naturaleza dirigidas a los océanos y se trabaje en su incorporación a los mercados de carbono desde diferentes instituciones.
Según el Manual para la creación de Proyectos de Carbono Azul en Europa y el Mediterráneo (UICN), se consideran proyectos de carbono azul aquellos que tienen como objetivo (1) potenciar el servicio de eliminación de carbono atmosférico que presta un determinado ecosistema, (2) proteger las reservas de carbono acumuladas, o (3) desarrollar un nuevo ecosistema. La manera de lograr estos objetivos depende de las ubicaciones y los ecosistemas específicos.
Para poder acceder a los mercados de carbono, un proyecto debe ejecutar metodologías aceptadas capaces de demostrar que las actividades adicionales puestas en marcha en el marco del mismo han contribuido a la acumulación del CO2 y no a su emisión. Estas actividades pueden ser las de protección de un ecosistema frente a la degradación, la captura de carbono mediante generación de vegetación o la reinstauración de condiciones de salinidad que reduzcan las emisiones de CH4.
En cualquiera de los casos, y al igual que en el caso de los proyectos forestales, la emisión de créditos de carbono está supeditada al cumplimiento de los principios de estructuración debiendo ser la reducción de emisiones: adicional, real, verificable, permanente y única.
Como ves, los mares ocupan un papel protagonista en la lucha contra la crisis climática. La clave de la gestión de los ecosistemas marinos y costeros está en establecer alianzas para protegerlos y restaurarlos. Nuestra experiencia, inspirada en la labor que viene desarrollando desde hace más de una década Bosques Sostenibles, se centra en la absorción del carbono azul.
Un ejemplo de estas alianzas es la colaboración con SUBMON, el pasado 1 de diciembre se llevó a cabo la retirada de 14 bloques de hormigón del fondo marino en un proyecto de conservación de fanerógamas marinas en el litoral tarraconense, que se realiza entre Hospitalet de l’Infant y Mont-roig del Camp.

¡Alíate con nosotros! Desafía la Crisis Climática, ayúdanos a salvaguardar el ecosistema del territorio, mejorar la vida de las personas y garantizar el futuro del planeta.